Admite que necesitas un polvo. Afírmalo. Duda ante la idea
de con quien. Viaja en el tiempo hasta la última vez. No, no pienses cuánto
hace. Hace lo suficiente para que sepas que no puede ser con cualquiera.
Piensa que con cualquiera,
cuando él termine –das por hecho que tú no–, te echarás a llorar como una magdalena.
Pon cara de extrañada. No sabes por qué se dice llorar como una magdalena. Piensa que quizás sea por María Magdalena.
Haz memoria. Acuérdate de que era la novia de Jesús y por eso lloraba tanto
cuando le crucificaron.
¿Jesús tenía novia? Pregúntatelo y acto seguido
imagínalos juntos, escondidos tras los matorrales de Nazareth. Santíguate y
ríete en voz baja para aplacar el remordimiento. Pero no evites pensar en lo
bueno que está Jesús.
¡Basta!
Sólo dedica unos segundos a evaluar muy en serio si elegirían
una imagen de un dios buenorro a
posta para que las mujeres fueran a misa. Melena castaña, ojos azules, barbita,
torso desnudo, taparrabos. ¡Qué provocación! Sin duda.
Por favor, cambia de
tema.
Se te pasa por la mente Bob Marley. La idea de que él fuera
su reencarnación te resulta atractiva.
No, Jimmy Hendrix no. Robert Nesta Marley. Sus aires de
profeta unificador del pueblo jamaicano encajan mejor con el perfil.
Piensa en cómo te gustaría hacértelo con Bob y disfruta, ahora
ya no tienes que santiguarte.
Espera. Ves los dedos ágiles de Jimmy haciendo el amor con
las cuerdas… Imagina qué música podría arrancar de tu cuerpo.
¿Deberías santiguarte ahora por ser infiel de pensamiento a
la reencarnación de Jesús?
Baraja la posibilidad de que se reencarnase en dos cuerpos
distintos, el de Bob y el de Jimmy. Has leído sobre gente que le sucedió así.
Piensa eso. Mejor. Ya que eres incapaz de elegir entre uno de los dos.
Piensa que hacérselo con Bob tiene que ser mágico. Rastafar I, fiero como un león adulto,
volando lejos con cada sacudida y cuando abra los ojos, la ternura del
cachorro. Sonreiría, crees que en algún momento, te miraría y sonreiría. Te
imaginas que estaría fumado. Tú también. Jimmy también estaría colocado de algo.
Siente la lycra de tu ropa interior adentrándose por la
línea divisoria de tu trasero. Sigue caminando, no te molesta. De hecho contribuye
al pensamiento de hacértelo con Jimmy. Por todas partes. Crees que sería
eléctrico.
Imagina dos cuerpos anárquicamente curiosos que se recorren
intrépidos, palpando cada recoveco como si fuera el acorde desencadenante de la
catarsis final. Pero no hay final sino una catarsis tras otra. Siéntete húmeda.
Definitivamente no puedes quedarte sólo con uno. Crees que
los dos son la reencarnación de Jesús. Tiene sentido. Los dos son negros,
vivieron en los sesenta... Te quedas más tranquila.
Recréate durante varios minutos con la imagen de vuestros tres
cuerpos moviéndose instintivamente bajo los efectos de la hierba santa, el LSD
y todas esas cosas de los hippies.
No te tropieces, o al menos procura no caerte. Si te caes,
levántate y anda. Mira hacia ambos lados buscando un posible testigo. Nadie.
Siéntete afortunada.
Vuelve a tu fantasía. Aunque no te has visto en otra mejor,
te das cuenta de que llegados a un cierto punto terminaríais –porque con ellos
dos en estas circunstancias… sería imposible que tu capacidad multiorgásmica fuera desaprovechada –y
lo fundamental es que en ese momento tú podrías echarte a llorar con
tranquilidad. Aunque es obvio que hay menos posibilidades que con cualquiera. Pero podrías, esto es lo
importante. Deduces que Bob sacaría su guitarra y empezaría a cantar No woman, no cry.
Perfecto, cuatro palabras suyas bastarán para sanarte.
Corrígete: son tres palabras, el no
está repetido. Que te dé igual. Crees que le amas.
Mira a Jimmy. Está en la cama, con la guitarra apoyada sobre
su otro instrumento deslizando los dedos aún dulces y calientes por las cuerdas,
como si fuese otro amante a quien convulsionar con nuevos orgasmos eléctricos
encima de su pelvis.
Sube por las escaleras de la facultad. Siéntete culpable por
dejar a Jimmy insatisfecho. Escandalízate: ¡¿En qué estabas pensando?!
Llega a la tajante conclusión de que follarte a los dos a la
vez es demasiado para ti y que además están muertos –y seguramente reencarnados.
Déjate envolver por la esperanza.
Pregunta en la uni
si alguien sabe quién es la siguiente reencarnación de Jesús. Nadie lo sabe,
pero te miran como si fueras una apestada. Aléjate de ellos caminando por los
pasillos.
Pídele al padre de Jesús que, por favor, esta vez su hijo no
se reparta en varios cuerpos, que se te hace difícil… amarle. Cuando te diga
que hables mejor con su madre, piensa que tiene razón. Saluda a María, aunque
no tengas muy claro que sea su madre –la biblia siempre te pareció un libro con
muchas lecturas –además dice que está menopáusica. No entiendes qué tiene que
ver con tu petición pero esa es su respuesta. Bueno, ya que estás pregúntale
por qué a veces te echas a llorar durante o después de –busca una palabra
adecuada, que estás hablando con una divinidad – la unión carnal. Escucha
atentamente las palabras: a veces también
te dan ataques de risa y no te quejas tanto. Reconoce que es verdad y
cuando te diga que a los hombres les resulta igual de inesperado y espeluznante
tanto lo uno como lo otro, siéntete confusa.
Dale las gracias a María, al fin y
al cabo te ha abierto nuevos horizontes. Y también a dios, por presentártela.
Piensa en lo difícil de la condición humana. Pregúntate si
te pareces más a un animal humanizado o a una humana animalizada. Encógete de
hombros, arruga el hocico y entra en la clase de Filosofías del Mundo.
Siéntate en la última fila y escucha al profesor. Abúrrete
como un gato, con elegancia. Ponte a escribir. Vomita tus pensamientos de
camino a la uni sobre el papel.
Intenta hacerlo al estilo de Lorrie Moore
en Autoayuda. Piensa que no tienes ni
puta idea, pero diviértete haciéndolo.
Léelo una y otra vez. No se lo enseñes nunca a nadie.
Es genial Alba!! Me ha encantado :)
ResponderEliminarQue guay! Gracias!
ResponderEliminarMe gusta mucho! Queremos más!
ResponderEliminarOjalá! Gracias!
EliminarMe alegra haberte conocido en el taller de escritura antes del fin del mundo.
ResponderEliminarMe encanta tu soltura escribiendo, y aprendo de tus hermosas metáforas.Un beso
La próxima vez ves en Sevici a la uni... todo será más fácil!!
ResponderEliminarUn beso!