lunes, 10 de septiembre de 2012

agarrando la distancia



En blanco, 
lejos, 
como  un azulejo en las cuevas de Altamira. 
Como una pintura rupestre en la fachada de la Moncloa. 
Como jaulas volando de árbol en árbol 
mientras los pájaros intentan aprisionarlas con sus plumas. 
Como un barco en la M-30.

En blanco, 
pero
capaz de alicatar las cuevas de Altamira, 
y de tirar rocas sobre la Moncloa, 
y dejar que los pájaros y las jaulas se apareen 
para que así los encarcelados también puedan volar. 

Voy a hundir mi remo en el asfalto, 
lo voy a convertir en mar.

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