jueves, 5 de enero de 2012

AMOR

En inglés live y love, vivir y amar son dos palabras casi iguales fonéticamente, ya que sólo se distinguen por una vocal. Si la traducción de la emoción al lenguaje fue tan similar, quizás es que entonces, cuando quiera que surgiera esta mágica música, vivir y amar eran prácticamente lo mismo. Si aplicásemos esta ley asociativa de emoción más representación lingüística, podríamos acuñar una nueva palabra que defina mejor la experiencia de vida actual. Puesto que la asociación con el amor, me atrevo a decir, quedó obsoleta hace tiempo, a día de hoy 21 de junio de 2010 propongo que la palabra vivir sea sustituida por luchir, la cual se ajusta infinitamente más a la experiencia actual.
Me explico: ahora la sociedad se define por una lucha constante por conseguir la comodidad. Paradójicamente se pasa más tiempo en la incómoda lucha que disfrutando de los bienes conseguidos en la misma. Y resulta desconcertante la futilidad de este círculo vicioso: pues cuanto más se esfuerza uno por estar a gusto ¡menos a gusto está! Y sin embargo la sociedad en general continúa invirtiendo su tiempo y su energía en… el sacrificio de su energía y su tiempo –también llamado trabajo. ¿A cambio de qué? Muchos contestarán que a cambio de lo que necesitan para vivir.
Pero seres del planeta, no nos engañemos más, perdonen que se lo diga porque les va a doler: ¡la vida ya está aquí! Lo que se necesita para vivirla es sentirla, observarla, apreciarla y sí ¡VIVIRLA, CARAJO! No me vengan con que el dinero no crece de los árboles ¡porque la comida sí! ¿o es que ahora se quieren hacer un bocadillo de dólares con centavos? Abramos los ojos, dejemos de eludir la realidad y de ser víctimas de nosotros mismos.  
Reconozcamos la sabiduría de los pueblos anteriores, que también somos nosotros, los habitantes de la Tierra, para los que en otros tiempos vivir era amar y amar era vivir. Dejemos de luchir día tras día: LET’S LOVE AND LIVE

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