jueves, 24 de mayo de 2012

la peor mentira ¿cuál es?

Mintió:
- Yo no creo en las relaciones.
No dijo la verdad dos veces: la segunda a él, la primera a ella.

Paseaban solos burlando con palabras la distancia hacia sus casas. Él se indignaba, no toleraba la mentira. En cambio, ella clamaba aceptarla como algo de lo más natural. Hablaba de la infidelidad como de quien se come un plato de macarrones. "Sí... verás... sucede, a veces uno tiene hambre, no sabe qué comer y se hace unos macarrones con tomate. Fácil. Económico. Tampoco hace falta poner una noticia en el periódico."

En realidad no era consciente de lo que decía, porque hablaban del dolor, de la traición, del engaño entre dos personas que tienen un acuerdo. Debatían la característica necesaria para engañar a una pareja premeditadamente. Maldad. Inteligencia. Descaro. ¿Cuánto hambre puede tener una persona así?

Qué la importaba, en el fondo ¿a ella qué la importaba eso? Él seguía indignado, mientras ella se oponía por inercia, le llamaba intransigente, como si él en un arrebato fuera a prohibir los cuernos bajo pena de muerte. No se daba cuenta de su error, de cómo la historia que ella creía secundaria había acaparado la atención de su amigo arrinconando su verdadera preocupación. De la misma manera que Emilie había inundado la cabeza de Eduardo, ahogando sus encuentros con él. Esto era lo que la indignaba hasta el intestino. Y el novio de Emilie se podía ir a cagar.

Pero, obviamente la falta de escrúpulos para planear algo así fue mucho más sugerente que el anhelo de sentirse querida de una niña caprichosa. A Eduardo también se lo pareció. Y ahora ella volvía a casa con un nudo en el pecho. Reconocía ese desasosiego del corazón, que se cerraba cuando no era honesta consigo misma. 

"No creo en las relaciones" piensa Alicia, ya sola, antes de abrir la puerta del patio. "¿no creo en las relaciones?" se repite extrañada buscando causas a tal consecuencia. Por un momento alude al recuerdo fácil de sus padres divorciados, pero inmediatamente lo descarta. Brota una lágrima por sus mejillas y se siente sola. Ojalá no creyera, así no tendría que decepcionarse cada vez que todo sale mal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario